Los niveles de vitamina D en sangre por debajo de lo habitual y el hábito de fumar ya se sabía que eran factores de riesgo para un peor pronóstico en la evolución de la Esclerosis Múltiple. Ahora un estudio ha intentado averiguar si ambos factores pueden estar detrás de una peor evolución del deterioro cognitivo asociado a la enfermedad.
El deterioro cognitivo es un síntoma común en la evolución de la esclerosis múltiple (EM), y afecta sustancialmente la calidad de vida de quienes la padecen. El origen del deterioro cognitivo está relacionado tanto con las lesiones inflamatorias, como las con la atrofia cerebral, siendo también una manifestación de la patología neurodegenerativa. Al no existir un tratamiento específico para este problema, es importante conocer los factores modificables que eviten o retrasen su evolución.
Los niveles bajos de vitamina D en sangre, el tabaquismo y los anticuerpos contra el virus de Epstein-Barr, son factores de riesgo de EM ya conocidos a través de estudios que han relacionado, cada uno de ellos por separado, con una enfermedad más activa y de progreso más rápido.
Los investigadores del estudio publicado en la revista Neurology, utilizaron la información derivada de 278 personas con Esclerosis Múltiple reciente que participaron en un ensayo clínico para evaluar los beneficios del interferón beta a lo largo de 11 años de seguimiento. En estas personas se midieron los niveles sanguíneos de vitamina D (25-hidroxivitamina-D), la cotinina (una sustancia utilizada como marcador del tabaquismo) e inmunoglobulinas frente al virus de Epstein-Barr, para valorar si estos biomarcadores contribuyeron a predecir las puntuaciones en pruebas que determinan el nivel de deterioro cognitivo a los 11 años.
Los resultados muestran cómo niveles mayores de vitamina D son predictores de una mejor función cognitiva, mientras que el hábito de fumar anticipa unos peores resultados en dichas pruebas. Sin embargo en este estudio, los niveles basales de antígeno frente al virus de Epstein-Barr no fueron predictores de un peor rendimiento cognitivo.
En resumen, los niveles más bajos de vitamina D y el tabaquismo después del inicio de la enfermedad predijeron una peor función cognitiva a largo plazo e integridad neuronal en personas con EM. Estos resultados sugieren que la corrección de la insuficiencia de vitamina D y abstenerse de fumar después del diagnóstico de la EM podrían proteger la función cognitiva a largo plazo y la integridad del sistema nervioso central.