Resultados de un nuevo estudio que investiga el efecto del cambio climático sobre la población de 185 países en un período entre 1990 y 2016, en relación a los índices de la enfermedad de Parkinson.
Investigaciones previas han demostrado que las olas de calor pueden contribuir a empeorar los síntomas neurológicos siendo un factor de riesgo a considerar ya que influyen directamente sobre la enfermedad de Parkinson. Esto nos lleva a preguntarnos si existe alguna evidencia de que el cambio climático pueda conducir a un aumento del número de casos de Parkinson. Si esto fuera así deberíamos esperar que los países con mayor aumento de temperatura muestren un aumento de casos de Parkinson.
Recientemente se han publicado los resultados de un estudio cuyo objetivo ha sido detectar si existe una asociación entre los índices climáticos (temperatura media anual y calentamiento) y los índices de la enfermedad de Parkinson (prevalencia, muertes y años de vida ajustados por discapacidad) para 185 países.
Este estudio se concentra en el período entre 1990-2016 y los países se agruparon en cuatro categorías, dependiendo de si tenían un calentamiento superior o inferior a la media y si su temperatura era superior o inferior a la media.
El grupo de 25 países, lo que supone el hogar de unos 900 millones de personas, que presentaron un calentamiento y temperaturas superiores a la media presenta una correlación positiva entre un calentamiento más intenso y variaciones más altas en los índices de la enfermedad de Parkinson. Es decir, los países con calentamiento más intenso muestran mayor número de casos de Parkinson.
Un calentamiento promedio de pocos grados implica que existe mayor probabilidad de olas de calor más intensas y prolongadas, que pueden tener un importante impacto sobre la salud humana. Según este estudio, la exposición crónica a un calentamiento más intenso, en aquellos entornos más cálidos que el promedio, se correlaciona con la aparición de eventos neurodegenerativos de relevancia clínica.
Dicho de otra forma, los resultados de este estudio indican que en los países más cálidos que el promedio, el cambio climático tiene un impacto sobre la enfermedad de Parkinson que depende de la intensidad del calentamiento. A un calentamiento más intenso, mayor es el impacto. Por lo tanto, el cambio climático debería considerarse como uno de los “factores ambientales” que puede impactar sobre la enfermedad de Parkinson.
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