La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), en la que se incluye la enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa, está aumentando a un ritmo exponencial en todo el mundo. Muchos son los factores que afectan a este aumento en el número de casos, entre ellos figura el estrés psicológico.
La relación entre el sistema inmunitario, el sistema nervioso y los procesos psicológicos siempre ha tenido un interés especial. Cada vez disponemos de más pruebas de que la relación entre ellos juega un papel esencial en la Enfermedad Inflamatoria Intestinal. La EII y los trastornos psicológicos comparten vías que favorecen la inflamación. Por lo tanto, los trastornos psicológicos pueden explicar la aparición de nuevos brotes de EII, así como peor resultado del tratamiento en personas con EII.
Una nueva revisión explora la relación entre el estrés psicológico y la incidencia y resultados de la EII. Además evalúa si la reducción del estrés podría ayudar a mejorar las posibilidades de remisión en la EII.
Estudios previos han demostrado que el estrés psicológico puede tener un efecto perjudicial en nuestra salud mental y tener un impacto sobre nuestro bienestar físico. Los factores psicológicos estresantes pueden aumentar los marcadores inflamatorios y se ha visto que los pacientes con EII y trastornos depresivos reducen notablemente sus niveles de marcadores inflamatorios después de 6 semanas de tratamiento antidepresivo.
Ser diagnosticado de EII puede ser una experiencia traumática desde el punto de vista físico y psicológico. Algunos estudios han demostrado que al reducir el estrés psicológico la calidad de vida del paciente mejora como resultados de minimizar el impacto del estrés. Otros estudios han demostrado que los pacientes con EII mejoran sus síntomas físicos, los marcadores inflamatorios y el bienestar psicológico después de participar en talleres de ejercicios de relajación estilo mindfulness (mente-cuerpo).
En resumen, la investigación ha encontrado que el estrés y las condiciones de salud mental pueden aumentar los marcadores inflamatorios y con ello la probabilidad de ser diagnosticado de EII en el futuro. El estrés puede ser causa de recaídas en pacientes con EII inactiva. La reducción del estrés puede aliviar los síntomas de la EII ayudando a mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Todo esto debe alentar a los profesionales de la salud a medir los niveles de estrés en las personas diagnosticadas de EII. Por otro lado, es necesario asesorar a los pacientes sobre los beneficios de la reducción del estrés y recomendar sobre formas de cómo hacerlo como la utilización de técnicas de terapia cognitivo-conductual, atención plena o mindfulness, o procesos similares que disminuyan los niveles de estrés.