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20 febrero, 2017 in-pacient.es

Un estudio recoge la experiencia de las personas con Parkinson que participan en un tratamiento intensivo de rehabilitación, concluyendo que el cambio de la actitud del paciente de Parkinson de una vida pasiva a una disposición proactiva puede ampliar las perspectivas de motivación a la rehabilitación y encontrar en ésta una forma de controlar la enfermedad.

A pesar de los avances farmacológicos y quirúrgicos, en algunos casos los síntomas de la enfermedad de Parkison pueden no controlarse de forma satisfactoria. Sin embargo, existen diferentes enfoques no farmacológicos del tratamiento, como la rehabilitación, que está siendo un campo de investigación cada vez más prometedor. Los resultados de los estudios destacan que la rehabilitación física y el ejercicio físico mejoran los síntomas motores tales como la movilidad, la marcha, el equilibrio, la congelación y la rigidez. Por otro lado, también se ha demostrado que puede aportar beneficios en la calidad de vida, la fatiga y la depresión.

Es muy importante comprender cómo viven y perciben los pacientes de Parkinson su enfermedad, para superar las posibles discrepancias entre la percepción de los pacientes y los profesionales de la salud. No sólo se debe tener en cuenta la sintomatología que afecta al funcionamiento físico y motor (dolor, fatiga y problemas de comunicación), también es importante el rol social de la enfermedad, la pérdida de autoeficacia, el impacto emocional, la incertidumbre y el temor por el futuro.

Un estudio recoge la experiencia de las personas con Parkinson que participan en un tratamiento intensivo de rehabilitación multidiciplinaria (varios tipos de ejercicios/técnicas) que consta de 4 semanas de ejercicio con tres sesiones diarias durante 5 días a la semana.

Posteriormente, se les realizó una entrevista a los participante donde pudieron expresar sus reflexiones sobre el resultado percibido de la rehabilitación, lo que condujo a que tomaran conciencia abierta de que una vida activa puede ser eficaz para el control sobre la enfermedad que a menudo es percibida como incontrolable.

Es interesante destacar que en la mayor parte de las entrevistas, los participantes usaron términos relacionados con el cuerpo (ver, sentir, percibir), de forma espontánea, para describir los cambios percibidos después de las sesiones de ejercicio. Del análisis se extrae que los pacientes experimentaron mejoras  a nivel mental y corporal, y de cómo un estilo de vida activo puede representar una forma de controlar la enfermedad.

Prestar atención a los comentarios subjetivos de los pacientes puede contribuir a transformarlos en guías para la toma de decisiones médicas en el manejo de intervenciones más específicas y personalizadas.

 

Giardini A et al. Towards proactive active living: patients with Parkinson’s disease experience of a multidisciplinary intensive rehabilitation treatment. Eur J Phys Rehabil Med. 2017 Feb;53(1):114-124.

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