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La Artritis Reumatoide es una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune que afecta principalmente a las articulares y los tejidos que les rodea. Los síntomas iniciales incluyen dolor articular y rigidez matutina. Si no se trata adecuadamente esta afección puede provocar daño articular provocando una reducción de la función y un deterioro en la calidad de vida de estas personas.
El dolor en la Artritis Reumatoide es un síntoma persistente y debilitante que afecta de forma significativa a la calidad de vida y la capacidad funcional de estas personas. Puede afectar a la capacidad de realizar las actividades diarias, la movilidad y el bienestar general. En consecuencia gestionar el dolor de forma eficaz es crucial para mejorar los resultados y optimizar las estrategias de tratamiento en la Artritis Reumatoide.
A pesar del desarrollo de nuevos tratamiento de la Artritis Reumatoide, las opciones para el control correcto del dolor en esta enfermedad y la evidencia científica disponible son escasas.
Se han publicado los resultados de un nuevo estudio cuyo objetivo fue mejorar la compresión del dolor en el contexto de la Artritis Reumatoide.
Los resultados de este nuevo estudio destacan el impacto significativo de los síntomas depresivos sobre la intensidad de dolor, la respuesta cognitiva y emocional negativa y persistente de la sensación de dolor y su interferencia en la vida de las personas con Artritis Reumatoide.
En general, estos hallazgos sugieren que el dolor de la Artritis Reumatoide está influenciado tanto por la enfermedad como por factores psicológicos. Esto nos destaca la importancia de abordar y controlar los síntomas depresivos como parte de las estrategias de la gestión del dolor en la Artritis Reumatoide.
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ARTRITIS REUMATOIDE
