Si se detiene de forma brusca la administración de corticosteroides, sobre todo si se han tomado durante más de dos semanas, puede aparecer un síndrome que incluye síntomas como la fatiga, dolor articular, rigidez y dolor muscular, y fiebre. En ocasiones estos síntomas son difíciles de diferenciar de los de la enfermedad de base. Esta es la razón por la que el tratamiento con corticosteroides no debe suspenderse nunca de forma brusca por nuestra cuenta.

¿Qué puedes hacer?

Si notas síntomas como los descritos durante la retirada de la medicación, habla con tu médico. El valorará cómo manejar las dosis para encontrar una forma de reducirla con seguridad. Nunca dejes de tomar la medicación o reduzcas las dosis por tu cuenta. Los efectos secundarios de una retirada brusca de los corticosteroides pueden ser peores que los que te preocupan de ellos.