
La satisfacción del pacientes es algo crucial en su atención y en su salud, ya que es un predictor de no adherencia al tratamiento, cambios de médico, y por tanto, de la evolución de la atención sanitaria y la enfermedad. Un estudio publicado en la revista Journal of Neurology ha investigado cuáles son los factores positivos que determinan la satisfacción del paciente hacia su médico durante el proceso de diagnóstico de Esclerosis Múltiple.
En la Esclerosis Múltiple, las primeras consultas al médico, durante las cuales se comunica al paciente el diagnóstico de la enfermedad, son acontecimientos cruciales en la vida del mismo. La mayoría de las veces este episodio es evocado de forma muy vivida, potente e inolvidable. Con frecuencia, tanto el paciente como su acompañante sufren un alto nivel de estrés y ansiedad, de forma que la vivencia negativa puede determinar el rechazo a la atención médica y al tratamiento.
En el estudio se analizaron datos recogidos en el Registro Suizo de Esclerosis Múltiple, que incluyen un cuestionario específico sobre la primera consulta diagnóstica al médico, con seguimiento durante los seis meses siguientes. Para el análisis se tomaron los registros de 386 pacientes que habían sido diagnosticados entre 1995 y 2017.
De los 386 participantes, el 53% se habían manifestado como satisfechos o muy satisfechos con la primera consulta diagnóstica, un 24% se manifestaban en términos neutros y un 23% declararon su insatisfacción durante esas visitas.
Los pacientes insatisfechos eran algo más jóvenes que el resto, y en lo que respecta a la relación con el médico, referían una duración corta de las consultas, por debajo de los 10 minutos, no recordaban haber recibido un diagnóstico claro y manifestaron con mucha mas frecuencia, que la decisión de inicio de tratamiento con fármacos modificadores la tomo exclusivamente el médico. Hasta en un 32% de los pacientes insatisfechos, en comparación con el 12% de los satisfechos, no se recibió recomendación de iniciar tratamiento.
Por el contrario, los pacientes satisfechos habían recibido el diagnóstico con más edad y su proceso de diagnóstico fue más breve. Además, con mayor frecuencia las visitas al médico fueron de mayor duración y asistieron a las mismas acompañados de familiares o amigos. A lo largo de las consultas se discutían más aspectos de la enfermedad y recibían la opción de decidir entre al menos dos tratamientos con mayor frecuencia.
Los autores del estudio concluyen afirmando que la satisfacción del paciente durante el proceso diagnóstico de la Esclerosis Múltiple depende de una comunicación clara del diagnóstico, una conversación con el médico de al menos 20 minutos, en la que se traten distintos aspectos de la enfermedad, acudir acompañado de alguna persona cercana y que durante el proceso el paciente tenga la opción de hacer una toma de decisiones compartida con su médico respecto al tratamiento con fármacos modificadores de la enfermedad.