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Un nuevo estudio relaciona el ejercicio físico con efectos beneficiosos sobre procesos neuroinflamatorios y las alteraciones del estado de ánimo en la Esclerosis Múltiple (EM).
Los niveles elevados de moléculas proinflamatorias específicas en el líquido cefalorraquídeo (LCR) se han asociado con la progresión de la discapacidad, el aumento de la neurodegeneración y la mayor incidencia de trastornos del estado de ánimo en personas con esclerosis múltiple. Los estudios en modelos animales de EM sugieren que el ejercicio preventivo puede desempeñar una actividad inmunomoduladora, con efectos beneficiosos tanto en los déficits motores como en las alteraciones del comportamiento.
Con estos antecedentes, los autores de la investigación publicada, exploran el impacto de la actividad física sobre la presentación clínica y la inflamación central asociada en un gran grupo de pacientes recién diagnosticados con EM. El estudio pretende además, establecer la relación causal entre la inmunomodulación mediada por el ejercicio y los síntomas del estado de ánimo. Para ello se recurrió a un estudio complementario en ratones.
El estudio transversal se realizó investigando 235 personas con EM remitente-recurrente en el momento del diagnóstico. Los pacientes se dividieron en 3 grupos («sedentarios», «actividad física como parte de su estilo de vida» y «ejercicio») según el nivel de actividad física en los seis meses anteriores a la evaluación. Los pacientes se sometieron a una evaluación clínica, neuropsicológica y psiquiátrica, a una resonancia magnética y a una punción lumbar con fines diagnósticos.
En paralelo, los autores realizaron estudios conductuales y electrofisiológicos en ratones de control que recibieron una inyección intracerebral de la citoquina interleucina 2 (IL-2). También se evaluó el comportamiento en ratones con encefalomielitis autoinmune experimental, modelo animal de la EM, criados en jaulas estándar (grupo sedentario) o equipadas con ruedas para correr (grupo de ejercicio).
Gracias a la punción, se analizaron los niveles de citoquinas proinflamatorias y antiinflamatorias en el LCR y se compararon con un grupo de 80 individuos con enfermedades no inflamatorias y no degenerativas.
En los pacientes con EM que hacían ejercicio, la depresión y la ansiedad se redujeron en comparación con los pacientes sedentarios. Los niveles del LCR de sustancias inflamatorias como la interleucina 2 y 6 (IL-2, IL-6) se observaron elevados en los pacientes con EM en comparación con los individuos de control. En los sujetos con EM, el ejercicio se asoció con la normalización de los niveles de IL-2 en el LCR.
En los ratones con encefalomielitis autoinmune experimental, el ejercicio iniciado antes de la aparición de la enfermedad redujo tanto las alteraciones del comportamiento como el incremento de IL-2. Además, se demostró un papel causal de la IL-2 en los trastornos del estado de ánimo. La administración de IL-2 en ratones sanos de control indujo comportamientos de tipo ansioso y depresivo y deterioró mecanismos de neurotransmisión, imitando la disfunción inducida por la encefalomielitis autoinmune experimental.
Los resultados indican un efecto inmunomodulador del ejercicio en los pacientes con EM, asociado a la reducción de la expresión de IL-2 en el LCR, que podría dar lugar a una reducción de los trastornos del estado de ánimo. Estos datos sugieren que el ejercicio puede actuar como una terapia modificadora de la enfermedad en la EM, aunque se necesitan más estudios longitudinales para aclarar esta cuestión.
ESCLEROSIS MULTIPLE
