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15 septiembre, 2022 in-pacient.es

La disfunción intestinal neurogénica es uno de los problemas más frecuentes que experimentan las personas con esclerosis múltiple (EM). Una revisión recién publicada ha intentado rastrear su presencia en las personas con EM durante el curso de la enfermedad, analizando las causas neurogénicas, los cofactores relacionados, los tratamientos/intervenciones y los efectos sobre la Calidad de Vida del individuo con EM.

La disfunción intestinal en las personas con EM puede ser consecuencia del proceso de la enfermedad que afecta al sistema vascular cerebral junto con causas comunes no relacionadas con la neuropatía de la EM. Uno de los primeros síntomas de la EM puede ser la disfunción intestinal neurogénica. De hecho, se sabe que los síntomas intestinales, incluidos el estreñimiento y la incontinencia fecal, pueden aparecer hasta entre 3 y 7 años previos al síndrome clínico aislado, habitualmente reconocido como primer evento de la enfermedad.

En el transcurso de la enfermedad, varios cofactores se asocian a los síntomas intestinales neurogénicos, entre ellos el deterioro de la movilidad, la fatiga, la depresión y la ansiedad, y el parto. Los problemas de movilidad incluyen la disminución del ejercicio que provoca estreñimiento. El aumento de la fatiga se asocia a la deshidratación de líquidos y a una actividad física insuficiente. La depresión y la ansiedad, trastornos comórbidos del estado de ánimo, aparecen al principio del curso de la enfermedad de la EM junto con el estreñimiento y la incontinencia fecal, asociándose a una menor calidad de vida. Las intervenciones que han demostrado mejorar la depresión y la ansiedad incluyen la biorretroalimentación intestinal y la estimulación del nervio tibial, que también pueden ser útiles para tratar la disfunción intestinal. Los partos vaginales difíciles durante el parto pueden causar daños en el nervio pudendo a la musculatura del flujo pélvico, lo que da lugar a un posible estreñimiento y/o incontinencia fecal.

Uno de los principales recursos a la hora de tratar la disfunción, sobre todo el estreñimiento, es el uso de laxantes. Los regímenes de laxantes deben ser específicos para el paciente porque muchas variables afectan a su eficacia.

Cuando los procedimientos no invasivos de control intestinal (es decir, planes de aseo, intervenciones dietéticas, enfoques farmacéuticos) ya no alivian el estreñimiento y/o la incontinencia fecal, se pueden considerar técnicas más avanzadas (es decir, biofeedback o biorretroalimentación, masaje abdominal, irrigación transanal y estimulación del nervio tibial).

El biofeedback es una técnica que enseña a los pacientes a ser más conscientes de un estímulo que distiende el recto, a relajar el esfínter anal y a mejorar la coordinación anorrectal y la percepción sensorial, además de entrenar los hábitos relacionados con la conducta defecatoria y el uso de laxantes. Los estudios han demostrado que el tratamiento de biorretroalimentación tiene éxito en la mejora de la disfunción intestinal en pacientes con discapacidad leve a moderada por EM.

En la misma forma, y como medida de soporte adicional, el masaje abdominal ha demostrado eficacia en algunos de los parámetros medidos en ensayos clínicos, incluyendo la frecuencia de las deposiciones, el dolor de cabeza, las molestias antes o durante la defecación, la medicación, el tiempo de defecación, la incontinencia fecal y el flato,

Por último, la irrigación transanal ha demostrado poder reducir la frecuencia de incontinencia fecal, las infecciones del tracto urinario y las visitas a los profesionales sanitarios. La estimulación del nervio tibial en estudios específicos ha demostrado mejoras en la calidad de vida y la consistencia de las heces. Con esta técnica la respuesta al tratamiento fue más eficaz en los pacientes con formas remitente recurrentes de la enfermedad que con formas progresivas.

El/los tratamiento/s debe/n ser individualizado/s según los síntomas intestinales específicos del paciente. El éxito de los distintos tratamientos depende de una serie de factores: los cambios en el funcionamiento de la integridad neural y muscular del intestino que pueden producirse debido a la progresión de la enfermedad de la EM, la presencia de cofactores (es decir, deterioro de la movilidad, fatiga, depresión y ansiedad), los medicamentos y la dieta. Estos cambios requieren una evaluación periódica de la función intestinal y cambios de tratamiento adecuados.

Gulick EE. Neurogenic Bowel Dysfunction Over the Course of Multiple Sclerosis: A Review. Int J MS Care. 2022 Sep-Oct;24(5):209-217. doi: 10.7224/1537-2073.2021-007. Epub 2022 Jun 20. PMID: 36090242; PMCID: PMC9461721.

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